Primeros pasos

La senda del traductor novel (1): ¿realmente quieres ser traductor?

(Actualización 3/12/2021)

En la presentación de este blog prometí que escribiría una serie de artículos que fueran útiles para los traductores noveles y les ayudasen a abrirse camino en el mundo de la traducción profesional. Pues bien, esta es la primera de esas entradas y, lógicamente, voy a empezar por el principio: ¿qué hacer cuando acabamos la carrera de Traducción e Interpretación? (o cuando queremos cambiar de trabajo y dedicarnos a traducir).

Terminar la carrera, sea cual sea, siempre da miedo, pues supone un cambio importante en la vida de cualquier persona: de repente dejamos de ser estudiantes, abandonamos un estilo de vida que ha durado años y años y nos vemos abocados al mercado laboral, enfrentados a la realidad de quien tiene que buscarse las habichuelas para subsistir. Y eso da miedo porque es algo nuevo que, por lo general, nunca hemos hecho antes (o, al menos, no a tiempo completo) y no sabemos por dónde empezar. En ese momento parece que lo único que sabemos hacer en la vida es estudiar.

Así pues, después de este concienzudo análisis psicológico existencial, viene la gran pregunta, la cuestión que cualquier recién graduado en Traducción debería plantearse antes de dar cualquier paso. Es un interrogante fundamental, lógico, obvio, y, sin embargo, estoy segura de que la mayoría de los traductores en ciernes no se lo formulan: ¿realmente quiero ser traductor y ganarme la vida con ello?

Hay muchas personas que estudian Traducción e Interpretación por el simple hecho de que les gustan los idiomas, lo cual está muy bien, pero para ser traductor no te tienen que gustar los idiomas, te tiene que gustar traducir y todo lo que ello conlleva. Si no nos seduce la idea de pasar horas sentados delante del ordenador, batallando con términos que desconocemos y cuyo significado no encontramos por ninguna parte, bregando con el programa informático de turno que se nos ha colgado o que parece tener vida propia y no hace lo que queremos que haga, lidiando con clientes que lo quieren todo «para mañana» (o, mejor aún, para ayer), es mejor que nos dediquemos a otra cosa.

Para decidir si queremos ejercer de traductores, conviene definir cómo es realmente la profesión del traductor y desmitificar las creencias que parecen haberse instalado en la sociedad acerca de este oficio. La idea del traductor que trabaja en la ONU o en la Comisión Europea, o bien que traduce libros, que disfruta con cada texto que traduce porque es superinteresante, que viaja mucho, que es cosmopolita, que lleva una vida bohemia y relajada, es total o parcialmente infundada. La realidad es mucho menos idílica: la mayoría de los traductores vivimos de traducir textos más prosaicos, como contratos, manuales de instrucciones de aparatos varios, páginas web de empresas, informes financieros o material publicitario; estamos todo el día enclaustrados en casa (o en la oficina), sentados delante del ordenador ocho, diez o doce horas (o las que cada cual considere oportunas según sus circunstancias personales y su resistencia física y mental), tecleando a toda velocidad para terminar esa dichosa traducción —técnica, médica, jurídica, financiera— que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado y cuyo plazo de entrega se nos está echando encima. Bueno, claro está que nuestro trabajo no siempre es así, y quizá estoy exagerando un poco, pero este panorama se ajusta más a la realidad que el concepto de traductor como espécimen humanista que traduce libros o que trabaja en una organización internacional de altos vuelos.

Si después de reflexionar sobre todo esto todavía nos quedan fuerzas y ánimos para ser traductores y tenemos claro que ese es nuestro camino en la vida, el siguiente paso debería ser decidir si queremos trabajar en plantilla o como autónomos (freelance). Seguramente lo ideal sería empezar como traductor en plantilla (en una agencia de traducción o en una empresa con un equipo de traductores propio) para contar con un sueldo y un horario fijos y tener compañeros a los que poder consultar todas las dudas que tengamos, que supervisen nuestro trabajo y revisen nuestras traducciones. Sin embargo, la mayoría de los traductores somos autónomos: unos empiezan compaginando este trabajo con otro empleo por cuenta ajena hasta que tienen una cartera de clientes lo bastante sólida como para ser autónomos a jornada completa; otros, como yo, empezamos directamente siendo autónomos las veinticuatro horas del día, aunque para esto es imprescindible contar con un respaldo financiero que nos permita salir adelante durante los primeros meses, cuando la actividad todavía no es (muy) rentable. Y es que ser autónomo tiene muchas ventajas, pero también unos cuantos peros. Si queréis descubrirlos, no os perdáis mi siguiente post.

50 comentarios en “La senda del traductor novel (1): ¿realmente quieres ser traductor?”

  1. Hola Isabel:

    Mismo problema que Andrea ¿Será ella chilena, me pregunto?
    ¿Es Traducción una carrera para alguien con pocas habilidades sociales?

    ¿Dónde está esa entrada que dices?

    Gracias de Antemano

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  2. Hola, Isabel.

    Me encanta esta entrada tuya. Desde hace aproximadamente dos años que la leo, una y otra vez, porque aún tengo en la cabeza lo de estudiar Traducción. Quizá sea demasiado tarde para escribir, pero como vi que la fecha de tu última respuesta era del 2014, he decidido aventurarme a preguntar (y contar todo el lío que tengo, para aclarar el contexto).

    Lamentablemente, por cosas de la vida (problemas personales durante mis últimos años de secundaria), me tocó tomar la decisión de mi carrera en un momento donde mi claridad mental era bajísima. Terminé ingresando a Ingeniería Informática a principios del año pasado y sigo allí. Ha sido extremadamente tortuoso, porque no me gustan las matemáticas en lo absoluto. Eran mi fuerte y como no pensaba bien, por ese criterio elegí (ahora se nota el fracaso que soy). Pensé en renunciar, pero mi cabeza aún no vuelve a un nivel estable y no sé hacia donde dirigirme. Aún así, la Traducción siempre ha estado entre mis opciones. Me encantan los idiomas, la idea de llevar un mensaje de un idioma a otro (ayudar a mi amiga a traducir vídeos, explicarle a mi madre ciertos modismos en las películas que los subtítulos pasan por alto o corrigiéndolos por completo e ir traduciendo canciones en inglés que ponen por la radio) y leer, aunque me distraigo fácilmente, así que no lo hago a menudo (Bastante tarde me vine a dar cuenta de que disfrutaba mucho más las clases de Lengua y Literatura que las de Matemáticas o Física).

    Dejé de lado la opción por inseguridades mías (uno de los problemas que tengo; ansiedad), como la idea de que mi español no es lo suficientemente bueno. Sé que mi vocabulario no es tan amplio y que mi biblioteca mental de libros leídos deja mucho que desear. Que mi falta de atención hace que divague y pierda tiempo, y me obliga a leer y releer algo para captar la idea. Que mis habilidades sociales casi nulas me impiden una comunicación fluida, por vía oral y escrita. Que no me iba tan bien en Lengua, aunque sí en Inglés (era mi segunda asignatura mejor calificada). Reconozco que mi capacidad mental no es alta, y me aterra no llegar a comprender lo que quiera decir un autor en profundidad, sobretodo si se trata de de documentos científicos o jurídicos.

    Todo esto me asustó tanto que decidí abandonarlo por completo.
    Yo planeaba quedarme en ingeniería y dejarlo pasar, solo para seguir moviendo los pies sobre la tierra, pero siento que mi salud mental va de mal en peor.
    Okay, basta de información aburrida. Me gustaría saber si, en tu opinión, es posible entrar a estudiar Traducción con ese Español tan descuidado y sin conocer otro idioma además del Inglés (La carrera en mi universidad es Traducción Inglés/Japonés-o-Portugués al Español. Ahora comencé un curso básico de Japonés como taller.) ¿Será demasiado tarde empezar a aprender Japonés a los 18 y entrar a la carrera el próximo año sin saber casi nada? ¿Se podrá mejorar el español a lo largo de los años de estudio? ¿Crees que juegue demasiado en contra esto de ser tan ansiosa y aislada? Por mí viviría encerrada en mi cuarto, pero no es posible todavía. ¿Es necesario ser muy comunicativo cara a cara? Necesito salir de la situación en la que me encuentro, pero mi mente me impide pensar bien. Te agradecería mucho una respuesta. Si Traducción no es para alguien como yo, te ruego que me digas.

    Me disculpo por la longitud del comentario, quería que quedara lo más claro posible.

    Saludos cordiales,

    Andrea.

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  3. Hola, Isabel!
    Una pregunta: qué se debe hacer para ser traductor de libros?
    Y qué idiomas, aparte del inglés, son más importantes, digamos así?
    Hablo español, portugués, inglés, un poco de mandarín, de italiano y de rumano.
    Crees que debería fijarme especialmente en el inglés?

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    1. Hola, Rafael.

      Gracias por tu comentario. No estoy familiarizada con la traducción literaria y editorial, por lo que no puedo responder a tu primera pregunta. Imagino que deberías empezar por ponerte en contacto con editoriales o agencias de traducción que trabajen con ellas.

      Respecto a los idiomas, una cosa es «hablarlos» y otra muy diferente, estar capacitado para traducirlos. Yo te recomiendo que te centres en perfeccionar uno o dos de ellos (quizá el inglés, por su peso a nivel internacional, y el rumano, por tener alguna lengua más exótica) y en estudiar a fondo la lengua a la que vas a traducir, es decir, tu lengua materna.

      Un saludo.
      Isabel

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  4. Hola Isabel!!
    Estoy muy interesado en cambiar de campo laboral. Vengo del ramo de la química, pero mi pasión siempre han sido los idiomas y la traducción me llama mucho la atención. Tengo un nivel avanzado 2 en Francés (antiguo 6º de la EOI) y nivel avanzado 1 en Inglés(antiguo 5º de la EOI).

    ¿Serían conocimientos suficientes como para intentarlo?.

    Me falta un empujón, una palmada en la espalda de alguien experto.

    Muchas gracias.

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    1. Hola, Enrique.

      Gracias por tu comentario. Un error habitual de los interesados en dedicarse a la traducción es centrarse únicamente en el nivel que tienen del idioma extranjero del que quieren traducir, pero ¿te has parado a pensar qué nivel tienes del idioma al que quieres traducir, es decir, de español? ¿Estás seguro de conocer realmente a fondo tu lengua como para producir textos sin una sola errata? ¿Y tu nivel de informática? ¿Y tu capacidad de documentación? Y si quieres ser autónomo, ¿estás preparado para salir adelante tú solo y tratar con los clientes? Te recomiendo que leas este otro artículo mío, en especial el punto 11: https://eltraductorenlasombra.com/2012/04/11/12-secretos-sobre-los-traductores-autonomos/

      Un saludo y mucha suerte.
      Isabel

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  5. Hola Isabel, me gustaría hacerte algunas preguntas sobre trabajar como traductor autónomo. ¿Está bien por aquí? o mejor te mando un correo electrónico si no te importa.
    Mientras, voy a revisar tu web para saber si puedo responderme a mí mismo, gracias.

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    1. Hola, Guillermo.

      Puedes enviarme un correo, pero en principio, en el blog encontrarás respuesta a casi todas las dudas que suelen plantearse los que empiezan como autónomos, así que te recomiendo que revises antes todos los artículos publicados.

      ¡Un saludo!

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  6. Hola:

    Soy filólogo y me gusta traducir. Actualmente traduzco voluntariamente por la red en sitios como Global Voices Online o similares, para ir tomandole el gusto. ¿Se toma experiencia de esta forma? ¿Un filólogo puede trabajar como tradictor? Es decir, ¿una agencia contrataría a un filólogo? Se dice que los filólogos tienen más base cultural que los traductores no tienen.

    ¿Qué me recomienda para ir haciendo camino en la traducción? Soy de la especialidad inglesa, y sería traducir del inglés al castellano.

    Gracias, ando muy perdido y no sé dónde preguntar. Sigua posteando estos bellos mensajes.

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  7. Hola! Muy interesante el post. Lamentableme yo sigo en duda sobre esta carrera… aunque bien la estoy estudiando junto con el Profesorado (de inglés).
    No me gusta la idea de estar 3 horas frente al ordenador para traducir un artículo de revista…. porque imagino cuando tenga que traducir manuales de más de 2000 páginas.
    Mi idea es ejercer de intérprete, aunque dicen que es más difícil (por ej. no tenés la posibilidad de volver sobre tu traducción, la presión es mayor, primero hay que ser traductora, ect ect)
    Estoy MUY confundida y eso me angustia un poco.

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    1. Tranquila, yo todavía no he visto ningún manual que tenga 2000 páginas. :-p

      Ahora en serio: si no te seduce la idea de pasar horas sentada frente al ordenador en soledad, quizá esta no sea la profesión idónea para ti. La interpretación es una disciplina totalmente diferente y requiere destrezas distintas; no tienes por qué ser traductora para ser intérprete, y viceversa. Me temo que la única forma de descubrir si algo te gusta y se te da bien es probándolo, así que ¡ánimo!

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  8. Hola, Isabel.

    Encontrar tu blog por casualidad ha resultado ser de lo más evocador y esperanzador. Así que lo primero será decirte: ¡mil gracias! La llegada de la crisis me ha llevado, como a tantos otros, al desempleo de larga duración. No obstante, esta situación me ha traído algo positivo: la oportunidad de «trabajar» (sin sueldo) como traductora en el extranjero y la experiencia me ha enganchado. Disfruto con ello. Yo estudié Derecho pero creo que tengo aptitudes, habilidades y cualidades para la traducción además de conocimientos de idiomas, claro está. Estoy planteándome tomar la senda de la traducción como autónoma tratando de especializarme en traducción jurídica pero me surgen mil temores y dudas. Primero, porque no estoy licenciada en Traducción y no sé si podría dar un giro profesional hacia ese campo. Segundo, porque sé que me queda mucho por aprender y formarme.

    Gracias, de nuevo. Un saludo.

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    1. Hola, Clara.

      Muchas gracias por tu comentario y por haber descubierto mi blog. ¡Sé bienvenida! Te invito a que leas el resto de artículos publicados hasta la fecha, porque seguro que en ellos encontrarás respuesta a esas dudas que todo el mundo tiene antes de lanzarse a la aventura de la traducción autónoma. Y si no, siempre puedes preguntar. 🙂

      Un saludo y mucha suerte.
      Isabel

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  9. No me quiero imaginar tener que traducir todos mis libros del japones al Castellano… se me hace difícil ya tener que estudiar todo en ingles y traducir ciertas palabrejas inciertas al castellano que moriría si tuviera que hacerlo en japones… Muy bueno el articulo por cierto, y muy buenos comentarios de todos vosotros. Me da una imagen mucho mejor de todo lo que significa ser traductor, Si bien no tiene nada que ver conmigo, siempre me encuentro inmersa entre los dos idiomas. Debería decir entre las dos culturas… ya que vivo en un país angloparlante y estudio aquí. Sin embargo, estaba pensando en estudiar una Maestría en traducción ya que me manejo muy bien en ambas lenguas. No obstante, no sé si me dedicaré a trabajar en ello, ya que me encuentro siempre muy ocupada con lo que ya tengo… anyway… una vez mas agradezco a quien redacto el articulo y a los comentaristas por ofrecernos una amplia y mejor visión de quien es un traductor.
    Gracias
    Fiorella Levesque Muñiz

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  10. Interesante post, pero no tengo muy en claro la mecánica de trabajar en una agencia de traducción. Estoy estudiando y me interesa saber si consta en trabajar esas 8 horas traduciendo o si tambien te llevas «tarea a casa». Desde ya, muchas gracias.

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    1. Gracias por leerme, Brenda. Me temo que no puedo resolver tu duda, pues nunca he trabajado en una agencia de traducción. A ver si alguien que sí haya pasado por ahí tiene la bondad de contestarte. Un saludo.

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  11. Hola, la verdada que la tarea del traductor me parece bastate irreal. Donde estan realmente? Si hay tanto para traducir, quienes son realmente los traductores. La verdad que estoy bastante decepcionada.

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  12. Enhorabuena por este artículo, me ha encantado, y ya estoy esperando impaciente la segunda entrega, que promete ser muy interesante también.

    Coincido al cien por cien contigo en que lo importante para ser traductor es que te guste traducir y todo lo que conlleva. A mí me gusta traducir (unas cosas más que otras, claro está), con sus pros y sus contras, por el simple hecho de que me aprendo cuestiones sobre temas que hasta entonces me eran ajenas según voy traduciendo textos, y a mí aprender me encanta. Ahora mismo, no lo cambiaría por nada.

    Repito lo dicho, espero con muchas ganas tus siguientes entradas 😉

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    1. Hola, José Manuel:

      Mil gracias por la enhorabuena. Me alegro de que te haya gustado el artículo y espero que también te gusten los siguientes. El próximo ya está al caer… 😉

      En cuanto a lo que dices, yo también coincido contigo: una de las mejores cosas de ser traductor es poder aprender casi cada día, con cada texto, cosas nuevas. Yo creo que, en general, los traductores son de los profesionales que más cultura tienen.

      Saludos y feliz semana,
      Isabel

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  13. Enhorabuena por la iniciativa del blog. De momento está siendo muy interesante. Si me permites, quería aportar otro punto de vista al debate. Personalmente, lo que creo que de verdad te tiene que gustar para ser traductor es traducir. No importa qué. Alicia lo explica maravillosamente bien aquí http://cvc.cervantes.es/trujaman/anteriores/julio_10/19072010.htm Y coincido plenamente contigo en que si además quieres ser traductor autónomo, tienes que saber vivir con plazos de entregas, programas informáticos y otros «entretenimientos».
    Saludos,
    Ángela

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    1. Hola, Ángela:

      Muchas gracias por dejarte caer por aquí. ¡Sé bienvenida!

      El punto de vista que aportas es muy interesante, y el artículo de Alicia Martorell, hermoso e inspirador. Sin embargo, yo creo que el tema de los textos que traducimos y nuestro grado de interés por él son importantes para disfrutar más o menos con el proceso de traducción, para ponerle más o menos pasión al trabajo. Y es que hay textos que son realmente bodrios infumables que no hay por donde cogerlos por mucho que te guste traducir y de los que quieres deshacerte cuanto antes y de la forma menos dolorosa posible. 🙂

      Un saludo,
      Isabel

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      1. Sí, claro, el tema influye en la alegría que uno le pone. Y sí, hay textos horribles(ya sin están en Excel y sin contexto ya ni te cuento ;-)). Pero en todos los ámbitos, he traducido guías de viajes —que en principio son muy tentadoras— realmente infumables y manuales de taller muy interesantes. Todos vamos evolucionando y acabamos especializándonos en los campos en los que nos sentimos más cómodos, pero a priori cualquier texto es bueno 😉

        Un saludo,
        Ángela

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    2. Gracias Ángela por el artículo. Me encanta. Es así cómo me siento. Tal vez es por eso que no me importa hacer cualquier traducción. Si no tengo ni idea, pues mira, más investigación que tengo que hacer. Por ejemplo, me encanta hacer traducciones médicas, porque me paso horas leyendo en sitios científicos y, si al final se me atraviesa una palabra, pues llamo a mi padre (neurólogo) y le pregunto. Y la satisfacción que te da, después de haberte estrujado el cerebro, de acabar. Pero sí que es verdad que, hoy en día, a veces no tienes ni tiempo de disfrutar de releer tu propia traducción.

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  14. ¡Isabel, bienvenida a la blogosfera! 🙂

    La verdad es coincido con Cecilia en que lo de encontrar trabajo como traductor en plantilla está negrísimo. Los pocos casos que conozco son de compañeros que comenzaron haciendo las prácticas de la carrera o del máster en alguna agencia y al final los contrataron, pero entrar «desde fuera» es más complicado.

    A mí me dieron el mismo consejo que a Curri de especializarme en, al menos, dos tipos de traducción: uno «que te llene» y otro «que no te disguste del todo y te dé dinero» (y si resulta que lo que te llena también da dinero, has triunfado). Pero al principio hay que ser flexible.

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    1. Hola, Anna:

      Muchas gracias por la bienvenida y por tu comentario. Estoy totalmente de acuerdo contigo: si los tipos de texto que traduces te dan para vivir y, además, disfrutas traduciéndolos, ¡perfecto! Pero si no, hay que buscar el equilibrio entre lo que nos gusta y lo que nos da dinero. A veces, incluso, algo que en un principio no nos interesa demasiado puede acabar gustándonos. 🙂

      Saludos,
      Isabel

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  15. Una entrada muy interesante, sin duda. Yo acabé la carrera hace ya más de un año y todavía no he podido ejercer de lo que he estado estudiando durante 4 duros años… Una se plantea varias veces si escogió la carrera adecuada… Si me hago la pregunta «¿De verdad quiero ser traductora?» mi respuesta es «Sólo si voy a traducir las cosas que me interesan, la traducción especializada nunca me ha gustado». ¿Podré ejercer algún día, entonces? De todas maneras seguiré tus siguientes entradas, que siempre está muy bien informarse sobre el tema!

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    1. Hola, Cecilia:

      Siento que todavía no hayas podido estrenarte como traductora, pero me temo que, para sobrevivir en esto, tendrás que especializarte en una o varias materias y traducir también cosas que no te interesen (a menos que acabes convirtiéndote en una traductora tan cotizada que puedas seleccionar y escoger solo los trabajos que te gusten).

      He leído tu blog y he visto que te interesa la localización de videojuegos. Además, sabes inglés y ¡japonés! Pues con esa formación, si esa es la disciplina que realmente te gusta, ve a por ella, porque yo creo que es algo alcanzable (mira a Pablo Muñoz). Pero mientras llega ese día, y dado que lo normal es que al principio uno no esté donde le gustaría estar, quizá deberías probar suerte con otros trabajos de traducción que, además, te permitan coger experiencia y familiarizarte con la profesión desde dentro.

      Gracias por leerme. 🙂 ¡Ánimo y suerte!
      Isabel

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      1. Muchísimas gracias a todos por los ánimos y por los consejos. Mi intención es llegar a ser traductora de japonés, centrándome en el manga y los videojuegos. Afortunadamente estuve trabajando como correctora en la empresa más importante de España de traducción de manga y me encantó la experiencia. Lamentablemente, con la crisis el nivel de trabajo ha descendido mucho en el mundo del manga y no pueden permitirse a muchas personas ya… Además, todavía necesito formarme más en el japonés para poder llegar a ser traductora de esa lengua.

        Tengo muy claro que uno no puede vivir normalmente haciendo lo que le gusta y sé que tengo que empezar con lo que me toque. El problema es que no llega nada. Me he hartado a enviar CVs y ha llegado un punto en que ya no sé qué hacer. He dejado un poco de lado los últimos meses la búsqueda de empleo porque en un mes hago el examen oficial de lengua japonesa y me interesa mucho aprobarlo. Una vez acabe el examen, volveré a la carga 🙂

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        1. Cecilia,
          ¿Y no has pensado irte a Japón para mejorar el japonés, ya que dices que necesitas formarte más en japonés? Conozco a un chico que se fue a Japón sin apenas hablar japonés y estuvo creo que un año trabajando como traductor (alguien que ni siquiera había hecho la carrera, simplemente había trabajado como tester algunos años). También puedes ofrecerte como profesora de español. Sé que hay formas de irte allí. Tengo un amigo inglés que estuvo allí como año y medio, dando clases de inglés en colegios.

          Creo que sería una buena opción, mientras esperas a que las cosas se calmen por España. Con un buen nivel de japonés, te será aún más fácil conseguir trabajo de lo que quieres. Además, estando en Japón también puedes buscar trabajo en agencias de traducción o en distribuidoras o desarrolladores.

          Sería más o menos lo que yo hice, pero yéndote a Japón, en vez de a Londres 😉

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    2. Cecilia, Desde aquí te doy muchos ánimos. Lo que sí te aconsejo es que, de momento, dejes de lado lo de «solo si voy a traducir las cosas que me interesan», porque al principio, casi siempre haces lo que cae en tus manos. Luego, poco a poco, ya podrás escoger a tus clientes y las traducciones que haces. Mira Xosé Castro. Todos queremos ser como él de mayores 😉

      Pero no te creas que es imposible. Yo, cada vez, estoy haciendo más videojuegos y menos legales, y eso que me especialicé en traducción legal (aún no me ha llegado el título del Ministerio, pero soy de legal). A mí me explicó un profesor en la universidad: la traducción literaria es la más bella, pero no te da de comer, así que, lo mejor es ser traductor legal, que te permite ganar bastante dinero sin trabajar demasiado (en teoría, porque se supone que es la que mejor se paga, aunque no últimamente) y luego dejas la literaria para hacer «como relajación» 🙂 Más bien, en tus ratos libres. Y creo que es eso a lo que debemos dirigirnos. Si luego tienes suerte y puedes vivir solo de traducciones literarias, ¡pues mejor!

      Estoy con Isabel, no te desanimes. Además, ¡¡¡sabes japonés!!! No sabes lo que daría yo por poder traducir japonés. Pokémon estaba buscando gente hace como dos años, y yo estaba con un pie dentro. Me dijeron que primero preferían buscar a alguien que tradujese directamente desde el japonés y, si no encontraban a nadie, ya buscarían inglés-castellano. Al final los encontraron. No sé si ya habrás intentando trabajar para Nintendo, Square Enix o Sega (o incluso Sony), pero si no lo has hecho, puedo ayudarte 🙂

      Si aún no estás animada, puedo contarte mi caso: yo estuve trabajando 3 años y medio en una empresa de videojuegos como tester porque no conseguía ni que me diesen prácticas en empresas. Me vine a Londres probando suerte y tuve que trabajar tres meses en un restaurante que no me daba ni pa pipas (menos mal que después conseguí el trabajo como tester). Mientras trabajaba como tester, seguía en mi búsqueda de trabajo. A veces me caía alguna cosa, otras mi hermano me pedía una traducción. Poco a poco fui haciendo y, hace dos años y medio, la empresa hizo reestructuración de plantilla y coincidió que conseguí que una agencia pro fin me prometiera trabajo diario, así que fue cuando me decidí.

      Así que, no pierdas la esperanza. Mira, ayer subí mi primer post: http://localiza-me.blogspot.com
      Léetelo, a ver si te ayuda. Y si no, envíame un «meil» y veré cómo puedo ayudarte 🙂

      Un abrazo

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      1. En lo del japonés le doy la razón a Curri. En la Pokémon Company de Londres y en Nintendo en Frankfurt hacen falta traductores japonés-español. No hay muchos dispuestos a vivir en esos países para trabajar, así que si tienes un buen dominio de japonés, tienes muchísimo ganado 🙂

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        1. Oye, Pablo, qué pasa con Londres!!! XD (es broma)
          Pues el Pokémon de aquí pagaba la impresionante cantidad de 27.000 libras al año, que es un sueldazo impresionante, a pesar de que Londres es caro (mi primer trabajo eran 14.000 al año, y podía sobrevivir, con eso os lo digo todo).

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          1. Bueno, me refería a que a los de japonés les suele gustar otro tipo de países antes que esos, ja, ja, ja.

            Pues fíjate que yo había oído hablar de casi el doble que esa cifra xD Ahora, que aunque no lo he sufrido, Pokémon se ha traducido siempre en Nintendo hasta hace poco (el testeo sí se hace en Frankfurt todavía) y era un auténtico y verdadero infierno por lo que me comentaban. Pero bueno, mientras se cobre bien…

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          2. Bueno, esa era la cifra que ponían en el anuncio. Imagino que, si eras team lead o ya sénior, debía subir más. También intenté conseguir trabajo como Project Coordinator, pero igual, buscaban a alguien con japonés (y eso que le conté a la encargada que si tenía que aprender japonés, yo encantada…). En fin, Cecilia, que posibilidades las hay. Si yo he conseguido trabajo, y como dije en mi blog, soy de las personas que tienen que currárselo todo diez veces más que el resto, cualquiera puede conseguirlo.

            Hablando de países. Square Enix te envía a Japón para hacer sus traducciones (creo que solo las de japonés-español), así que, eso es aún más tentador.

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  16. ¡Buena entrada!

    Quería puntualizar una cosa: bajo mi punto de vista, uno no «decide» si quiere ser autónomo o trabajar en una empresa/agencia.

    Yo, por ejemplo, estoy en esa situación: estoy intentando como sea meterme a traducir en alguna agencia, pero como no haya suerte, no tendré «más remedio» que probar suerte como autónoma. Da un poco de miedo, porque primero me gustaría ver cómo se traduce junto a un buen equipo, cómo funciona el proceso, etc.

    ¡Por cierto, antes de que se me olvide! Yo tengo una duda: ¿es legal tener un trabajo a media jornada, por ejemplo, y luego ir traduciendo los poquitos encargos que te lleguen? ¿Cómo se declaran? ¿No hay más remedio que hacerlo en negro?… No sé, creo que esto da para un post entero xD.

    Bueno, que me enrollo. ¡Vuelve a escribir pronto! 😀

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    1. Ana, me has pillado. 🙂 Voy a matizar: antes de ponernos a trabajar como traductores, hay que decidir si queremos buscar/intentar encontrar un trabajo en plantilla (lógicamente, otra cosa diferente es tener la suerte de encontrarlo), o bien si preferimos lanzarnos directamente a la aventura de ser autónomos (que los hay; yo en ningún momento me planteé la posibilidad de trabajar por cuenta ajena).

      Si al final no te queda otra que establecerte como traductora freelance, aunque no tengas compañeros en la misma empresa o no formes parte de una estructura empresarial ya establecida que te guíe en tu trabajo, siempre puedes buscar ayuda en las listas de distribución, los foros, las asociaciones y los blogs de traducción, o puedes consultar directamente a otros traductores con más experiencia que te hagan de mentores.

      Respecto a tu duda: claro que es legal trabajar a la vez por cuenta ajena y por cuenta propia… siempre y cuando estés dada de alta en Hacienda y en el régimen de trabajadores autónomos de la Seguridad Social y presentes las declaraciones fiscales correspondientes. Trabajar por cuenta ajena no te exime de cumplir con las obligaciones fiscales de cualquier autónomo si también trabajas por cuenta propia. El obstáculo del que todos nos quejamos al principio es que esos poquitos encargos apenas llegan para cubrir la cuota mensual de la Seguridad Social, y no hace ninguna gracia que el poco dinero que ganas como autónoma vaya a parar a las arcas del Estado. Pero me temo que esta es la única vía legal y segura de hacerlo.

      Saludos,
      Isabel

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  17. Hola, Isabel:

    Muy buena entrada y estoy de acuerdo contigo. No sé cuánto tardaste tú en poder establecerte o tener una fluidez de trabajo mejor dicho, igual lo descubro en tu próxima entrada, pero a mi me está costando un mundo jaja. Gracias por dar otro punto de vista a un tema con el que todos nos hemos sentido o aún nos sentimos identificados, viniendo de alguien con más experiencia seguro que aprendemos todos.

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    1. Hola, Verónica:

      Yo tuve suerte: tardé unos seis meses en empezar a tener un flujo de trabajo constante que me permitiese facturar a fin de mes lo suficiente para vivir, pero hay traductores que tardan más. Te recomiendo que leas estos dos quick polls de ProZ: http://www.proz.com/polls/archived?poll_id_link=7811, http://www.proz.com/polls/archived?poll_id_link=2992.

      Yo creo que darse un plazo mínimo de un año para que despegue la actividad profesional es más que razonable. Y una vez que ha despegado, puedes tardar uno o dos años más en consolidar tu cartera de clientes (que, por otro lado, nunca deja de evolucionar). Así que no desesperes; se necesita muuucha paciencia, constancia y esfuerzo. ¡Pero seguro que puedes! 😉

      Saludos,
      Isabel

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  18. Pues intrigado me dejas esperando la continuación de esta entrada 🙂 Muy buen artículo, ¡coincido en todo! Pero bueno, también veo bien soñar en que traduciremos textos superinteresantes y demás yerbas que nos gusten, aunque no siempre sea así 🙂 ¡Si yo hasta le cojo el gustillo cuando traduzco un texto sobre un antivirus y todo! xD

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    1. Hola, Pablo:

      Ya sabía yo que lo del «To be continued…» funcionaría, jeje. Es verdad que no hay que ser pesimistas y que conviene tener una actitud positiva ante la vida y el trabajo; claro que está bien tener sueños y, por supuesto, luchar por conseguir esos sueños (ya sea traducir novelas, videojuegos o ser intérprete del presidente del Gobierno), pero al mismo tiempo hay que ser realistas y tener en cuenta que no siempre traduciremos cosas que nos gusten o sean interesantes.

      Con este artículo pretendo, sobre todo, reflejar con un par de pinceladas cómo es realmente el día a día de un traductor para que nadie se lleve luego un chasco, porque no son pocos los que piensan que este trabajo consiste en una cosa (o solamente ven uno de sus aspectos, pero no todos los demás) y más tarde, ya metidos en faena, se llevan un disgusto, se desencantan y piensan que esto no es lo suyo y que se han equivocado de camino. Dicho lo cual, tampoco está mal equivocarse, ¡así también se aprende! 🙂

      Ánimo a todos y un saludo,
      Isabel

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    2. Oye, Pablo, ¿qué pasa con los textos sobre antivirus? ¡¡Si molan montón y son superdivertidos!! Sobre todo si el texto que te dan lo han traducido desde el coreano al inglés, por un nativo chino XD

      Que sepas que iba a empezar yo mi blog, e iba precisamente a hablar de todo esto que tú has explicado, así que he tenido que borrarlo y añadir un enlace a tu post. Más que nada, para no repetirnos 😉

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      1. Curri, a mí los textos de informática me encantan (y no es coña, ¿eh?), pero eso de que haya pasado por manos de un chino que lo ha traducido al inglés debe de ser, sin duda, un aliciente la mar de estimulante. :-p

        Por cierto, que tampoco hace falta que borres entradas de tu blog porque traten sobre el mismo tema que las mías. Cada uno cuenta las cosas a su manera. Ah, y ahora mismo añado un enlace a tu bitácora.

        Saludos,
        Isabel

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        1. Tranquila, Isabel. Estaba preparándola, aún no la había subido (si estuviese subida, no la habría borrado, habría hecho un: «Ah, lo sientooooo» ;)). Además, ya se estaba haciendo demasiado largo. Y si no, míralo. Imagínate si tuviese, además, todo lo de «¿quién soy y qué quiero hacer?»… No acabáis nunca de leerlo 😉

          Me encanta la palabra bitácora. Me hace imaginarme que somos piratas en nuestro barco, surcando los mares del Caribe (o del Mediterráneo, que también los había) 😉

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