Informática

Software para traductores (2): reseña sobre herramientas TAO

(Actualización 16/12/2021)

Retomo el tema de los programas informáticos para traductores a fin de completarlo con una reseña de carácter general acerca de unas herramientas que para la mayoría de nosotros son imprescindibles: los programas de traducción asistida por ordenador (TAO o CAT [computer aided translation]).

¿Qué son los programas TAO?

Lo explicaré breve y llanamente para aquellos que no estén familiarizados con el tema: los programas de traducción asistida por ordenador permiten crear y gestionar unas bases de datos llamadas memorias de traducción en las que se van almacenando las traducciones que hacemos, de manera que si en el futuro nos vuelve a salir en un texto una frase idéntica a otra que ya tradujimos, la traducción correspondiente se recupera automáticamente de la memoria y, por lo tanto, no tenemos que traducir de nuevo la oración desde cero. Pero no hace falta que la frase sea idéntica: si estamos traduciendo un segmento que coincide en parte con algún segmento de la memoria, la traducción correspondiente también aparece de forma automática, aunque en este caso, al no darse una coincidencia total, deberemos adaptar aquellas partes de la frase que sean nuevas y no coincidentes con la traducción guardada en la memoria. Aun en el caso de que una frase sea totalmente nueva y no haya en la memoria ninguna parecida, podemos utilizar la memoria como base de datos terminológica para consultar ciertos términos y, de esta manera, traducirlos siempre de la misma forma para mantener la coherencia dentro de un mismo texto y con otras traducciones anteriores. Es importante no confundir la traducción asistida por ordenador con la traducción automática: la primera sigue siendo obra de una persona aunque se utilice un software de memorias de traducción, mientras que la segunda es obra de una máquina.

¿Qué ventajas tienen los programas TAO?

Hay traductores que no utilizan este tipo de programas, pero para la mayoría de nosotros son de gran utilidad y un requisito casi ineludible si trabajas con agencias de traducción. Sobre todo para quienes traducimos textos repetitivos, con unas estructuras gramaticales y un estilo de redacción muy similares o con terminología y fraseología especializadas y recurrentes (como pueden ser los documentos técnicos, financieros, jurídicos o médicos), este tipo de software es una ayuda inestimable para no tener que traducir dos veces una misma frase que siempre se repite en cierto tipo de documentos, así como para mantener la coherencia terminológica. Si un traductor se dedica a la traducción especializada de alguna disciplina, me parece casi imprescindible usar programas TAO, tanto para ahorrar tiempo como para mantener y mejorar la calidad lingüística, terminológica y estilística de los trabajos. Pensemos, por ejemplo, en la traducción de unas cuentas anuales o del informe anual de un fondo de un inversión, documentos que siempre tienen la misma macroestructura, los mismos apartados, el mismo tipo de datos, la misma jerga. ¿No sería una auténtica lata tener que traducir lo mismo desde cero una y otra vez cada vez que llegase un documento de ese tipo a nuestras manos? O imaginemos la actualización de un manual de instrucciones que tradujimos el año pasado. ¿No sería un auténtico engorro tener que recuperar esa traducción antigua para reciclar mediante copipega las frases que fueran idénticas? Y en ambos casos, ¿no sería una pesadilla tener que releer las traducciones anteriores para acordarnos de cómo tradujimos tal o cual término?

¿Qué programas TAO existen y cuánto cuestan?

La variedad de programas de traducción asistida por ordenador es bastante amplia. Algunos de los más conocidos son SDL Trados Studio, memoQ, Wordfast y Déjà Vu (todos ellos de pago), así como OmegaT y Across (gratuitos). También existen sistemas de traducción y gestión de proyectos en la nube, como Smartling y Wordbee. El gran pero de estas herramientas es que son bastante caras y, por lo tanto, muy poco asequibles para aquellos que empiezan, que suelen contar con pocos recursos económicos para invertir en su actividad profesional. Para que os hagáis una idea, la versión más reciente de Trados Studio cuesta, sin descuentos, casi 700 €.

¿Qué programa TAO elegir?

A este respecto existe cierta dicotomía entre las preferencias personales de los traductores y las preferencias de los clientes y del mercado, o dicho de otra forma, entre lo que los traductores prefieren utilizar y lo que el mercado y la demanda imponen. La herramienta TAO más extendida y demandada por los clientes es, sin ninguna duda, Trados Studio, pero no siempre es la preferida por los traductores. Si, aun siendo la herramienta más popular, no os gusta, siempre podéis usar algún otro programa TAO que sea plenamente compatible con aquel o emplear el estándar TMX (Translation Memory eXchange) para intercambiar memorias de traducción entre diferentes sistemas. Todo depende de vuestras circunstancias personales y de si preferís sucumbir a las exigencias del mercado con tal de no complicaros la vida o si, por el contrario, apostáis por elegir el programa que más os guste aunque eso implique hacer ciertas virguerías para poder satisfacer las demandas de los clientes.

Conclusión

En resumen: los programas de traducción asistida por ordenador me parecen casi imprescindibles para los traductores de textos especializados de tipo técnico, económico, jurídico, médico, etc., y aunque es una inversión considerable, puedo aseguraros que se amortiza rápidamente y que redunda en una mejor calidad de nuestro trabajo y en un aumento de la productividad.

24 comentarios en “Software para traductores (2): reseña sobre herramientas TAO”

  1. Bueno! Yo como traductor-interprete de alemán graduado y no dedicado a esto desde hace años, Me quedo maravillado con todo esto y me apunto a este fabuloso block. Isabel, un saludo grande. Quiero iniciarme en el uso de estas herramientas pero no sé a dónde dirigirme. Nada me daría más satisfacción que volver a introducirme en este mercado y para eso tengo que ponerme al día…Yo soy de la vieja escuela…:)Saludos a todos

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  2. Hola Isabel,

    Me encantó tu post! Es un muy buen resúmen de las herramientas disponibles. Los comentarios de los demás también completaron el tema. Lo voy a recomendar cuando me consulten sobre el tema.
    En nuestra agencia usamos Trados y Wordfast. Wordfast me resulta más sencillo de usar pero la mayoría de los traductores aquí en Argentina usan Trados así que debemos manejar ese programa como primera opción aunque las versiones nuevas de Trados son un dolor de cabeza con Word 2007 y muchas veces tenemos problemas para abrir memorias de traducción e incluso para abrir el Workbench.

    Saludos!

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  3. Hola Isabel:

    Comparado con la mayoría de los que han posteado acá, yo jamás he usado una de éstas herramientas de traducción y la verdad, aunque tu lenguaje es sencillo y muy didáctico, las explicaciones de los demos de algunos de los programas que vi no lo son.

    En fin, yo soy un traductor freelance, me gradué como Lic. en Lengua Castellana e Inglés y por esas cosas de la vida terminé hace casi dos años trabajando como traductor para una empresa exportadora de… un mineral extraído de la tierra. La cosa es que yo acá tengo que traducir de todo, desde correos internos de gente que no sabe nada de inglés, hasta manuales de software, manuales de máquinas, reportes de auditoría, de impuestos… y solo me tienen a mi para todo eso. Hasta ahora, me las he arreglado con internet y mi memoria. Pero siento que necesito con urgencia uno de estos programas.

    El 100% de las traducciones que hago vienen en formato Word, PowerPoint, PDF o escaneados. Y como te dije, son en su mayoría reportes o documentos de circulación interna de la empresa.

    Con eso en mente, me gustaría que me recomendaras cuál de todos las opciones usar. Obviamente estoy pensando en decirle a la empresa que lo compren.

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    1. Hola, Jorge:

      Yo siempre he utilizado Trados, y aunque tiene muchos detractores, a mí me parece un buen programa (aunque podría mejorar en muchos aspectos, claro). No obstante, la versión que utilizo (la 2007) es completamente diferente de las nuevas versiones posteriores al 2009, más similares a otros programas con interfaz de trabajo propia como Transit o Déjà Vu. Otra opción parecida a Trados, pero más económica, es Wordfast. Dicen que va estupendamente, aunque yo nunca lo he probado. Y otro programa que cada vez utilizo más y, además, es gratuito, es Across. Al igual que Transit o Déjà Vu, tiene una interfaz de trabajo propia en la que se integran el texto que estás traduciendo, la memoria de traducción, la base de datos terminológica, etc. Me parece un poco más complicado de manejar que Trados, pero funciona muy bien. Como ves, opciones no te faltan.

      Un saludo,
      Isabel

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    2. Anaphraseus (complemento de OpenOffice) o Wordfast Classic (complemento de Word) es de lo más sencillo que hay, pero no te los recomiendo porque traducir en un editor de textos no es divertido y porque no podrías trabajar con otros tipos de archivos. Para para sacar el texto de escaneados o de PDF, es recomendable algo como ABBYY PDF Transformer.

      Fuera de estos dos, si nunca has tocado una herramienta TAO, es probable que te líes y te frustres rápidamente, con lo que te recomiendo que hagas algún cursillo de una asociación de traductores o alguna empresa de formación como AulaSIC o TTLab. MemoQ es de lo que mejor relación calidad precio-tiene y tengo entendido que oculta las opciones más avanzadas para no liar al principio.

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  4. Hola Isabel:

    Me ha encantado tu publicación y me ha servido de mucha ayuda. Soy alumno de Traducción e Interpretación de primer curso y me preguntaba si el programa gratuito que has mencionado, OmegaT, es un buen programa para ir empezando a hacer traducciones no profesionales, digamos.

    Gracias de antemano.

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    1. Hola, Carlos:

      ¡Bienvenido! Sobre OmegaT no te puedo decir nada, porque no lo he utilizado nunca. Lo he mencionado en el artículo porque sé que existe, pero no lo he probado, así que no te puedo dar mi opinión al respecto. A ver si algún otro lector puede ayudarte…

      Un saludo,
      Isabel

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    2. Hola, Carlos:

      Hace poco di clase sobre software libre para traductores y estuvimos viendo el OmegaT. No es tan completo como Trados o MemoQ, pero vaya, sí, es un programa que está muy bien. Yo le daría una oportunidad. 😉

      Saludos,

      Pablo

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  5. Otro software TAO que sería interesante comentar es la versión online (o en la nube, pero no me gusta nada este, ni la versión inglesa de este neologismo) de Wordfast, WF Everywhere:

    http://www.freetm.com/

    Tiene ciertas carencias en comparación con la versión Pro de pago, pero sigue siendo una versión integra del programa y que podemos utilizar allá donde vayamos, en cualquier ordenador que tenga navegador y conexión a internet. Tengo un cliente que me exige trabajar Wordfast (me envía los archivos propios del programa) y con esta versión me vale.

    Realmente es cuento menos curioso que Wordfast haga todo esto gratuitamente… alguna vez hablando con un compañero me dijo que la privacidad de datos era relativa; pero por lo que he leído, parece que sí que te lo garantizan. Mismo es un poco por el miedo que nos ha medido Google a utilizar su Translator Toolkit, no cambiar la TM pública que está como determinada y mejorarles la traducción automática por amor al arte.

    De todos modos, al igual que OmegaT, puede ser una buena opción para los que no pueden invertir todavía en este tipo de gastos.

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    1. Hola, José:

      Gracias por enriquecer aún más el debate con tu comentario. Sin duda, las herramientas de trabajo «en la nube» están pisando fuerte y son opciones dignas de consideración, aunque plantean los problemas de privacidad de los que hablas. En cualquier caso, WF Everywhere parece una buena alternativa para utilizar Wordfast en casos puntuales, por ejemplo si algún cliente nos lo pide y solemos usar otra herramienta TAO.

      Un saludo,
      Isabel

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  6. Hola.

    Sin duda las herramientas TAO, para aquellos que son ajenos a la profesión o ni tan siquiera han comenzado la carrera de TeI, son unas grandes desconocidas. Por eso, es muy adecuado que se puedan leer artículos como este sobre unas herramientas que para algunos traductores son vitales.

    Yo como estudiante de TeI, toda la formación que he recibido ha sido sobre Trados, es considerada como el estándar de facto en la traducción profesional, y como tal, la única herramienta con la que trabajamos en diversas asignaturas.
    Ni que decir tiene que Trados es muy mejorable, con ese sistema basado en macros de Word que es antediluviano y por tanto bastante mejorable. Es por eso que me animé a buscar alternativas, y de todas las que he probado, sin duda la que más me ha sorprendido ha sido memoQ.

    memoQ es todo lo que no es Trados, tiene una excelente interfaz que es muy intuitiva, un aspecto muy cuidado, es bastante estable, y además ofrece casi total compatibilidad con los archivos de Trados. Yo estoy gratamente sorprendido con esta herramienta que desde mi ignorancia cumple todas mis necesidades, y por eso no puedo dejar de recomendar que le echéis un vistazo.

    Saludos.

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    1. Hola, Pcsl:

      En efecto, Trados es el estándar de facto del sector de la traducción, aunque no necesariamente la mejor herramienta. A mí no me parece tan mala como otros la pintan; quizá es que ya me he acostumbrado y la veo con buenos ojos. Sin duda es mejorable, pero creo que ningún programa TAO es perfecto y todos cojean de un pie o de otro. No obstante, tienes razón en que nunca está de más buscar alternativas y probar otras herramientas que quizá satisfagan mejor nuestras necesidades (pero tal vez no las de nuestros clientes; he ahí un dilema existencial).

      Lo dicho, me apunto memoQ como programa pendiente de prueba. ¡Gracias por la recomendación y el comentario!

      Saludos,
      Isabel

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  7. Buf, me queda poco que decir: has explicado todo tan bien que hasta el que tuviera cero idea de TAO seguro que ya no tiene ninguna duda. 🙂

    Tan solo añadiré que muchas veces se pueden conseguir descuentos de estos programas en algunas páginas e incluso haciendo cursos. El verdadero chollo es hacer el Certificated Localisation Professional (CLP) del TILP: aunque el curso era caro (800 €), el Trados Studio 2009 me salió por 130 €, así que compensaba bastante.

    Saludos,

    Pablo

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    1. Hola, Pablo:

      Hombre, con ese precio, en el CLP te podrían haber regalado hasta un jamón de bellota. Yo adquirí SDL Trados 2007 hace cuatro años y me costó «solo» 581 euros gracias precisamente a un descuento conseguido por Asetrad. He ahí otro beneficio más de formar parte de una asociación.

      Un saludo,
      Isabel

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  8. Hola, Isabel:

    Has hecho una fantástica introducción a las herramientas TAO. Son sin duda una inversión muy importante para cualquier traductor, pero hay que evitar que estos programas condicionen nuestra traducción. Por ejemplo, a la hora de segmentar un texto. Somos los traductores los que debemos adaptar el programa TAO que utilicemos a nuestra forma de traducir.

    Además de los programas que mencionas, yo añadiría MemoQ. Dispone de una versión de prueba de 45 días que estoy utilizando estos días para algunos proyectos y, la verdad, estoy muy satisfecho con los resultados. Tiene una interfaz similar a la de las últimas versiones de Trados y Wordfast. Una de las ventajas que tiene es que permite exportar nuestra traducción en un archivo bilingüe de Trados (conocidos como «archivos sucios»).

    En el último número de La Linterna del Traductor hay una reseña de Fernando Vidal sobre este programa: http://www.lalinternadeltraductor.org/pdf/lalinterna_n4.pdf

    Saludos,
    Manuel

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    1. Hola, Manuel:

      Veo que muchos recomendáis memoQ, así que lo añado ipso facto a mi lista de programas pendientes de prueba y trasteo.

      Respecto a lo de evitar que los programas TAO condicionen nuestra traducción, estoy totalmente de acuerdo. En el caso concreto de la segmentación, yo no tengo ningún problema en unir o dividir frases a mi antojo si creo que eso mejora el texto final. En cambio, tengo un cliente que se empeña en que me ajuste siempre a la división y los segmentos originales; nada de unir dos frases o de separar en varias oraciones un segmento muy largo. Claro, el resultado es que a veces salen cosas ortopédicas y el texto suena poco fluido y natural en español. Ya se lo he explicado mil veces, pero él no se deja convencer.

      Un saludo,
      Isabel

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      1. Un momento, que me pongo el sombrero de gestor de proyectos…

        Tiene sentido que ciertos clientes no te dejen cambiar la segmentación. En el mejor de los casos, baja el índice de reutilización, hay menos coincidencias, sale más cara la traducción y puede (el FSM no lo quiera) que traduzcas una frase distinta porque en la TM son dos segmentos y a ti te sale solo uno. Problema 1: coste / tiempo, problema 2: concordancia.

        Ahora me pongo el sombrero de ingeniero de localización….

        En el peor de los casos, cuando se trata de un archivo lleno de etiquetas, si juntas dos segmentos separados por una etiqueta externa, esta pasa a ser interna y el verificador de etiquetas puede volverse loco, como pasa con los FrameMaker y el S-Tagger de Trados, y negarse a validar el archivo hasta que la etiqueta vuelva a ser externa, como manda el DTD. De hecho, si juntas o separas segmentos en un archivo de SDLx convertido desde TagEditor, falla la reconversión. Si haces lo mismo con un InDesign (INX) en TagEditor, falla la reconversión. Cuidadín.

        Y ahora vuelvo a ser traductor…

        Reconozco que en ciertos tipos de texto con baja reutilización (no con lenguaje controlado) y formatos de archivo simples (ofimática, HTML, por ejemplo), resegmentar el texto para que la traducción fluya mejor es una buena opción. Para el resto de textos «complicados», siempre se pueden editar fragmentos en la revisión final, ya en el documento de destino y sin llaves con segmentos bilingües.

        Sí, esto de tener múltiples personalidades no puede ser bueno. 😀

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        1. Hola, Jordi:

          Veo que me he explicado fatal. No me refería a unir o dividir frases en el texto original, sino en la traducción. Quizá no debería haber hablado de segmentación, sino más bien de puntuación. Un ejemplo tonto:

          Das Gerät ist benutzerfreundlich.
          El equipo es fácil de utilizar,

          Dies erleichtert die Arbeit.
          lo cual facilita el trabajo.

          Mi cliente (que, por cierto, no sabe español) se empeña en que si en alemán hay dos frases, en español también tiene que haber dos frases. Es decir, ambos segmentos en español tendrían que terminar con punto y empezar con mayúscula inicial, al igual que en alemán, con lo cual quedaría esto: «El equipo es fácil de utilizar. Esto facilita el trabajo». A mí eso me suena mucho más ortopédico y menos natural que «El equipo es fácil de utilizar, lo cual facilita el trabajo». En casos como este, yo no altero en ningún momento la segmentación original, sino que traduzco las frases de manera que en la traducción queden unidas (claro que eso también puede retocarse en la versión final de la traducción). Reconozco que traducir así tiene un problema, y es que quizá en el futuro vuelva a salirme la frase «Dies erleichtert die Arbeit» y, en el nuevo texto, no sea adecuada o posible la traducción «lo cual facilita el trabajo», pero bueno, eso sucede también con otras coincidencias 100 % que deben modificarse según el contexto por incluir términos cuya traducción varía dependiendo de lo que estemos hablando. Y esto me lleva a algo que todos sabéis ya: que es un riesgo hacer una traducción pasando por alto las coincidencias 100 % de la memoria, tal como piden algunos clientes, porque hacer caso omiso de esos segmentos y avanzar sin revisarlos ni leerlos puede afectar a la corrección terminológica y a la coherencia de la traducción. Si luego se hace una revisión exhaustiva de la versión final antes de entregársela al cliente para subsanar los posibles errores, no hay problema, pero entregar la traducción sin más, confiando en que lo que había en la memoria está bien, es una chapuza arriesgada.

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          1. Ah, vale, te entiendo. En ese caso mis múltiples personalidades no tienen nada que objetar. 🙂 Es que en Word+Trados y en Deja Vu X juntar y separar segmentos es demasiado fácil y algunos traductores no saben el peligro que entraña esta sencilla operación.

            Respecto a las coincidencias «exactas» no pagadas, está claro que son responsabilidad del cliente. Tú le avisas una vez del peligro cuando te menciona este «descuento», le vuelves a avisar cuando te encuentras ejemplos concretos de conflictos y, a partir de ahí, te lavas las manos. Luego, cuando vuelva quejándose porque le han dicho que la traducción no es coherente, resucitas los correos y, según la inteligencia y humildad del cliente, a) aprende y la próxima vez hace las cosas bien o b) adiós muy buenas.

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  9. ¡Hola, antigua compañera de universidad!

    Muy buena la entrada, apúntate un 10.
    Te ha faltado mencionar dos programas que también se usan bastante (y son de los no gratuitos), en concreto «Across» y «MemoQ». Sigue con el blog. Está muy muy bien. 🙂

    José

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