(Actualización 3/12/2021)
A lo largo de estos años como traductora autónoma son varias las personas, conocidas y desconocidas, compañeros de carrera y colegas anónimos, que se han dirigido a mí para pedirme consejo sobre cómo empezar su andadura profesional. ¡Qué pregunta tan fácil y qué respuesta tan difícil! Obviamente, no hay fórmulas mágicas, y que tengamos o no éxito en nuestro intento depende en gran medida de nuestras habilidades y aptitudes personales y también, por qué no decirlo, de la suerte (aquello de estar en el momento justo en el lugar apropiado). En cualquier caso, lo importante es moverse y no quedarse sentado a verlas venir. Nadie va a llamar a nuestra puerta para ofrecernos el trabajo de nuestra vida; debemos ser nosotros quienes salgamos a buscarlo allá donde haya oportunidades. Esta actitud, esta mentalidad propia de la gente decidida y echá pa’lante, es fundamental en cualquier búsqueda de empleo, y más aún en la búsqueda de clientes. Dado que yo solo tengo experiencia como autónoma, mis consejos van a ir encaminados en esa dirección, pero recordad que también tenéis la opción de buscar un trabajo en plantilla, que quizá sea lo más práctico y didáctico para los traductores noveles (aunque yo desafié todas las leyes de la física y me lancé de cabeza a la piscina del trabajo por cuenta propia).
Así pues, una vez que hayáis decidido que realmente queréis ser traductores (véase «La senda del traductor novel 1») y que vais a entrar directamente en el club de los autónomos (véase «La senda del traductor novel 2»), el siguiente paso es buscar clientes. ¿Dónde? ¿Cómo? Aquí van algunas sugerencias. Tened en cuenta que, cuanto más cercano y personal sea el primer contacto con el cliente, más probabilidades tendréis de captar su atención y resultar memorables, que es la madre del cordero.
- Página web profesional: Hoy en día no hay excusa para no tener una página web con un nombre de dominio propio. El precio de registrar un dominio y contratar un servicio de alojamiento es más que asequible y el beneficio para la imagen de un traductor es, en mi opinión, incuestionable. A este respecto, no solo es importante que el contenido de la web sea profesional, sino que también debe parecerlo, como la mujer del césar. Nadie se creerá que somos traductores serios si nuestra propia página tiene un diseño pobre o descuidado. Pero tampoco hace falta recurrir a sofisticadas puestas en escena con presentaciones espectaculares; basta con un diseño sobrio y sencillo. Ya sabéis: menos es más. Aunque para que una página web sea una herramienta realmente útil y eficaz capaz de atraer clientes casi por sí sola conviene tener un buen posicionamiento en buscadores, siempre estará ahí como escaparate de nuestros servicios. Entre sus muchas ventajas, como ya he dicho, proyecta una imagen de profesionalidad e inspira confianza; permite que los clientes accedan a nuestra información en cualquier momento y desde cualquier lugar; permite incluir toda la información necesaria para vender nuestros servicios, sin las limitaciones que impone, por ejemplo, un currículum, y es una muestra de nuestras habilidades lingüísticas, por lo que su redacción (en todos los idiomas) debe ser impecable. Encontraréis más consejos sobre el diseño de una página web profesional en esta otra entrada del blog.
- Portales y plataformas para traductores: Algunos son ProZ (sin duda el más conocido y el que mueve un mayor volumen de ofertas de trabajo, intercambio de información y contactos), TranslatorsCafé, TRADUguide y Translatorsbase (mucho más minoritarios). Lo primero que yo hice cuando acabé la carrera fue precisamente registrarme en todos ellos de forma gratuita y completar mi perfil con la información más exhaustiva posible. Cuantos más datos aportéis para captar la atención de los posibles clientes, en especial si no tenéis una página web propia, mejor. Sin embargo, tened en cuenta que hay miles de traductores registrados en esas páginas, por lo que tampoco es fácil que los clientes os encuentren, a no ser que tengáis un perfil muy singular o que los clientes tengan la paciencia suficiente como para echarle un vistazo a la información de todos los traductores que les puedan interesar. Casi todos estos portales ofrecen suscripciones de pago que reportan algunas ventajas, como aparecer entre los primeros resultados de búsqueda o tener acceso prioritario a las ofertas de trabajo que se publican, pero no sé hasta qué punto merece la pena pagar una cuota por eso. Personalmente, nunca lo he hecho, ni siquiera cuando no tenía ningún cliente. Aun así, estos directorios resultan útiles tanto para colgar nuestra información a modo de página web y que los clientes, con un poco de suerte, nos encuentren como para acceder a ofertas de trabajo (muchas de ellas, no obstante, mal pagadas) u obtener listados de agencias y empresas de traducción a las que ofrecer nuestros servicios.
- Plataformas para freelancers: Son mercados digitales en los que ofrecen sus servicios profesionales autónomos de todo tipo de disciplinas. No tengo experiencia con estas plataformas, pero puede valer la pena echarles un ojo. Entre las más conocidas están Freelancer, Fiverr y Upwork.
- Otras herramientas digitales: About.me os ofrece la posibilidad de crear una tarjeta de visita virtual en la que condensar vuestra información más importante e incluir enlaces a vuestras demás páginas en internet (web, blog, redes sociales). Podéis usarla, por ejemplo, en la firma de los correos electrónicos o en la biografía de las redes sociales.
- Redes sociales, blogs, listas de distribución y foros: No solo de traducción y en vuestra lengua materna (como puede ser la lista Traducción en España o la lista de distribución interna de Asetrad), sino también de vuestros campos de especialidad y en vuestros idiomas de trabajo. Buscad a los clientes en el medio donde se mueven los profesionales del sector que os interese. Si interactuáis con vuestros seguidores, participáis en los debates, creáis o compartís contenido relevante y aportáis valor a la comunidad, conseguiréis visibilizaros y estableceros como un referente para los clientes potenciales o los compañeros de profesión (que también pueden ser clientes o recomendaros a clientes). Sobre el uso de las redes sociales hablé en este otro artículo.
- Correo electrónico: Es probablemente el medio más utilizado para entrar en contacto con clientes potenciales, pues es barato, cómodo e instantáneo, aunque la facilidad para borrar los mensajes que con tanta ilusión hemos enviado es igual de pasmosa. Por ello es imprescindible tener en cuenta dos recomendaciones para que la comunicación sea más eficaz y multiplicar así las probabilidades de éxito: personalizar el mensaje y dirigirlo siempre que sea posible a una persona concreta (es decir, no hacer envíos masivos) y escribir un asunto atractivo para que el cliente se digne, por lo menos, abrir el mensaje. Más vale enviar un solo mensaje bien escrito y dirigido a la persona adecuada que mandar cien correos redactados de cualquier manera y a cualquier dirección. Eso sí, no os esperéis una respuesta masiva ni inmediata. En mi artículo «Cómo ofrecer tus servicios de traducción: cinco pecados capitales y algunos consejos» encontraréis más información acerca de cómo escribir este tipo de correos. ¿Y cómo confeccionar una lista de posibles clientes con los que ponernos en contacto? Pues buscando en las plataformas que he mencionado más arriba o, simplemente, mediante una búsqueda en Google.
- Asociaciones y colegios profesionales: Como ya expuse en la entrada «El traductor, ese animal (a)social», formar parte de una asociación tiene varias ventajas, entre ellas, la de proyectar una imagen de profesionalidad de cara a los clientes y la de estar en contacto con los compañeros de profesión, que pueden ser una estupenda fuente de trabajo y contactos profesionales. Aparte de Asetrad, que es la asociación que aglutina a todo el gremio traductoril a nivel nacional, en España existen otras asociaciones de carácter regional, como ApTIC, la Xarxa, AGPTI o EIZIE, sin olvidar las asociaciones sectoriales, como ATRAE, ACE Traductores y Tremédica. Y más allá del ámbito nacional, ¿qué mejor forma de buscar contactos y clientes que unirse a alguna asociación de los países donde se hablan nuestros idiomas de trabajo? BDÜ (Alemania), ITI (Reino Unido), SFT (Francia) y ATA (Estados Unidos) son cuatro de las grandes. Pero no nos limitemos a nuestro propio sector; las asociaciones y los colegios de otras profesiones pueden ser también terreno abonado para vender nuestros servicios.
- Llamadas telefónicas, visitas a clientes, asistencia a ferias y congresos: No olvidemos que también podemos ponernos en contacto con clientes por teléfono, haciéndoles una visita personal o asistiendo a ferias y congresos del campo de especialidad en el que nos interese encontrar clientes. Esta forma de promocionar nuestros servicios requiere más aplomo, soltura, seguridad y experiencia profesional, pero precisamente por eso, por ser menos impersonal, resulta mucho más eficaz, siempre y cuando tengamos muy bien preparado nuestro discurso. Debemos dejar claro, de forma concisa, directa y con un tono tranquilo y cordial, quiénes somos, qué hacemos y qué solución ofrecemos para las necesidades del cliente. El contacto cara a cara deja una huella más profunda que la comunicación virtual si logramos conducir la conversación a buen puerto.
- Familiares y amigos: Que todo el mundo sepa a la perfección a qué os dedicáis y qué ofrecéis. Nuestro círculo más cercano también puede convertirse en un nexo de unión con clientes potenciales.
- Traducciones voluntarias: La experiencia no solo se gana con encargos pagados; los trabajos de voluntariado también pueden ser una buena manera de conseguir rodaje mientras esperamos a que aparezca nuestro primer cliente. Eso sí, mucho ojito: aseguraos de que no estáis haciendo gratis un trabajo que sí podrían y deberían pagar.
Y para terminar, algunos consejos:
- Para dar una imagen profesional es imprescindible creerse un profesional y tener una actitud coherente con esa condición. Recordad que no sois traductores que buscan trabajo; sois profesionales que ofrecen un servicio.
- Para completar el «kit del profesional autónomo», haceos unas tarjetas de visita y llevadlas siempre a mano. En Moo, por ejemplo, encontraréis infinidad de diseños y productos corporativos de buena calidad a precios más que razonables.
- Acabar la carrera no es el fin de la formación de un traductor; seguid formándoos, haced cursos de reciclaje, especializaos, no dejéis de aprender.
- Como ya he dicho en otras ocasiones, el boca a boca es una de las herramientas de marketing más poderosas. Un cliente satisfecho es el mayor tesoro que podéis tener; cuidadlo bien y será vuestra mejor publicidad.
- No busquéis oportunidades solo en el mercado local; aprovechad las ventajas de internet para traspasar fronteras y hacer negocio en otros mercados más apetecibles.
- No cejéis en vuestro empeño de abriros camino. La perseverancia y la paciencia son importantes, pues se pueden tardar varios años en formar una cartera de clientes estable de la que poder vivir. De ahí que sea fundamental, como ya he comentado otras veces, contar con un respaldo económico o un colchón financiero en esa primera etapa. Pero si otros lo consiguen, ¿por qué vosotros no?
Y una vez que llegan los clientes, ¿cómo debemos actuar? Os lo cuento aquí.
Tengo una pregunta. Me están empezando a salir traducciones, lo cual me hace muy feliz, pero al mismo tiempo me pregunto cuanto tiempo le queda al oficio de traductor con el tema de las nuevas tecnologías aplicadas al ámbito lingüístico. Me comentan que están surgiendo muchos programas de traducción, por lo cual se podría prescindir de nuestros servicios en un futuro muy cercano. ¡Un saludo!
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Hola, Iñaki.
Gracias por tu comentario. Imagino que te refieres a los programas de traducción automática. Si es así, la respuesta es relativamente fácil: jamás un programa de ese tipo podrá igualar el trabajo de un traductor humano, sobre todo en cierto tipo de textos donde la creatividad y la buena pluma son parte importante del éxito de la traducción. Sí es cierto que en ciertos ámbitos (como los lenguajes técnicos) y ciertos idiomas (las lenguas románicas, por ejemplo), este tipo de programas están más cerca de producir un resultado final medianamente satisfactorio, pero aun así siempre hará falta alguien que supervise ese resultado final para que no sea un desastre. En definitiva, por hache o por be, la intervención humana en el ámbito de la traducción profesional, de la traducción seria, de la traducción de calidad, es prácticamente insustituible.
Un saludo.
Isabel
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Muchas gracias por tan útil información. Lo cierto es que soy una intrusa aquí, no tengo estudios de traducción, aunque deseo dedicarme, de forma profesional, a ella.
Estoy estudiando Grado en Lengua y Literatura Españolas en la UNED para tener una sólida base teórica que complemente mi facilidad para manejarme tanto en mi idioma materno, que es el eslovaco, como el español (aunque sin las facilidades tecnológicas de las que disponemos hoy en día no sería nadie).
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Pues ánimo y suerte, Monika. ¡Un abrazo!
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Hola, me parece una entrada muy interesante, ahora mismo estoy en esa situación, de haber acabado mi formación hace relativamente poco y necesitaba algunos consejitos de este estilo. Actualmente estoy realizando el Máster de Tradumática en la UAB y realmente lo recomiendo pues se trata mucho el tema de abrirse camino en el mundo profesional.
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Hola, Isabel: excelente mensaje con interesante contenido, como siempre… 🙂
Respecto al boca a boca es, ciertamente, el arma de comercialización más poderosa. Pero, lo es en ambos sentidos. Así que, también es la más peligrosa: una mención positiva es, sin duda alguna, una de las mejores armas de comercialización viral que podamos tener. Pero, no por ello debemos olvidar que una sola crítica negativa puede también echarnos por tierra muchísimos esfuerzos en un abrir y cerrar de ojos.
No quisiera pecar de pesimista, pero, parece ser que, al menos en este país, la velocidad específica de difusion de la crítica y de las malas noticias es bastante superior a la de las alabanzas y de las buenas noticias. No hay más que leer los periódicos, que casi nunca dan buenas noticias… (este párrafo es irónico, por si a alguien le había pasado desapercibido).
Asi que, si solicitamos referencias de otros potenciales clientes a nuestros clientes actuales, conviene estar primero muy seguros de la calidad de nuestro trabajo.
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No estaría de más decir que es recomendable acudir a un diseñador profesional para que se encargue de crear una mínima identidad visual que se pueda aplicar en tarjetas, facturas, correos promocionales, CV, etc. Por supuesto que hay gran cantidad de recursos gráficos gratuitos, plantillas, y demás, pero un diseñador puede ayudar a crear algo totalmente exclusivo que puede hacer que un cliente potencial nos recuerde antes que a otro. Es una inversión que redundará en la percepción que los clientes tengan de nosotros.
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Muy cierto, Ángel, gracias por comentarlo. En mi opinión, crear una imagen corporativa sólida es especialmente importante para las empresas o los traductores que operan con un nombre comercial en vez de como personas físicas.
Buen finde,
Isabel
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Yo también pienso que lo más importante en todo esto es moverse mucho por todos los rincones, ya sean virtuales, presenciales, ¡cómo sea!
Te felicito por esta entrada tan alentadora, que no viene mal para dar un empujoncito.
Saludos!!
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Yo soy una de esas locas desesperadas de las que habla Curri, que acaban la carrera ahora y que agradecen muchísimo que alguien con más experiencia en el sector nos ilumine el camino…
Y estoy completamente de acuerdo en todo: ¡hay que moverse!
¡Un saludo a las dos!
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No podría estar más de acuerdo en todo 🙂 Es que ya no me has dejado nada más que añadir, así que, gracias por el resumillo, aunque, bueno, no diré que no lo necesito, porque todos necesitamos siempre que nos recuerden las cosas, pero ahora mismo tengo todos los puntos que has dado ya con el «tick» de «hecho» 🙂
Te lo comparto en las redes para los que han acabado la carrera y están desesperados y diciendo que es imposible encontrar trabajo de esto… para que vean que no lo es y que tienen que empezar a moverse.
Un abrazo.
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¡Gracias, Curri! Este resumen me viene bien incluso a mí misma, jeje; así tengo las ideas ordenadas.
Otro abrazo para ti,
Isabel
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