Asociaciones

Crónica de un fin de semana asetradero en Bilbao

Ya es lunes. El fin de semana ha sido intenso, pero muy corto. Han sido dos días de relaciones sociales, risas, charlas, cenas, lluvia y frío. Como siempre, mereció la pena el viaje por ver a los compañeros de profesión y asociación.

El maratón empezó el viernes, 27 de abril. Tres horas de tren hasta Madrid, tres líneas de metro hasta el aeropuerto, tres horas de espera hasta la salida del vuelo, media hora de retraso en el despegue (aunque con la grata compañía de Noelia Berná, primer contacto traductoril del día) y, por fin, aterrizaje en Bilbao. La lluvia y el frío nos dieron la bienvenida. Tuve que ir corriendo hasta el hotel para dejar la maleta y acudir al curso de corrección impartido por María-Fernanda Poblet, al que llegué una hora tarde. Se habló de comillas, de mayúsculas, de puntos y comas, de tildes, de llamadas y signos de corrección. El curso también me brindó la oportunidad de hablar por fin cara a cara con varios compañeros a los que solo conocía virtualmente. Por fin dejaron de ser unas letras en pantalla junto a un nombre y una foto de perfil y se convirtieron en personas de carne y hueso, con cuerpo y voz, sonrisas y gestos. Unas horas después, cena en el restaurante Abaroa en compañía de buenos, divertidos y animados colegas. Me retiré a las 2:00, y eso que no me apunté a las copichuelas posteriores.

Llegó el sábado, 28 de abril. El día D, el día de mi charla sobre comunidades virtuales y redes sociales junto con Clara Guelbenzu, intérprete y autora del conocido blog Bootheando. Los nervios me comían por dentro. No había dado nunca una charla, así que era mi puesta de largo como ponente. Bueno, sí había un precedente: una breve disertación sobre consejos profesionales para un grupito de unos 20 alumnos de traducción de la Universidad de Alicante en septiembre del año pasado, pero fue algo informal y en petit comité en colaboración con otras dos personas, sin PowerPoint ni demás aderezos, en un aula corriente de la universidad. Por tanto, una experiencia en absoluto comparable a hacer una presentación seria ante medio centenar de traductores profesionales que, en muchos casos, me superaban en experiencia y conocimientos. Si a ello le sumamos el hecho de que nunca me he considerado una buena oradora (por algo soy traductora y no intérprete) y de que me muero de vergüenza al sentirme observada por decenas de pares de ojos, comprenderéis por qué esa mañana no pude desayunar más que un vaso de leche que dejé a medias. Y llegó la hora. Por supuesto, tuvimos algunos problemillas técnicos para darle más emoción a la situación. Y comenzó la exposición. Clara me dejó el listón muy alto con su aplaudida intervención. Y llegó mi turno. Me acerqué el micrófono y, sin pensarlo más, empecé a hablar, dejando que lo que había preparado fuera fluyendo como buenamente pudiera. Tuve la sensación de estar diciéndolo todo al revés de como quería decirlo, de estar haciéndolo peor de lo que en realidad lo estaba haciendo. Pero, al parecer, fue solo eso, una sensación. La catástrofe no fue tal. Todo lo contrario: los asistentes disfrutaron con nuestra charla, la tuitearon, estuvieron atentos y participaron en la ronda de preguntas. Fueron varios los que, una vez acabada, se acercaron a mí para felicitarme y decirme que les había gustado mucho mi exposición. ¡Qué maravilla! ¡Qué experiencia! ¡Qué gratitud hacia todos los que nos habían escuchado! Con la adrenalina todavía a tope, me senté a escuchar la presentación de Llorenç Serrahima sobre sociedades cooperativas. Y después, ya totalmente relajada, socialización intensiva durante el almuerzo. Canapés, risas y conversaciones de todo tipo. A las 17:00, asamblea general de Asetrad, y unas horas después, otra cena. Más comida, más risas, más charlas, con gente nueva y otra ya conocida. Y habría seguido así durante varios días más, pero el fin de semana, como siempre, se me quedó corto, muy corto. Solo me queda esperar con impaciencia que llegue la próxima asamblea. Mil gracias a todos, mil gracias por todo.

Más sobre los actos de Bilbao en el blog de Noelia Berná:

«Diario de #AsetradBilbo»: http://www.traducirycomunicar.es/diario-de-asetradbilbo/

«Diario de #AsetradBilbo (2)»: http://www.traducirycomunicar.es/diario-de-asetradbilbo-2/

Y si queréis saber qué dije en mi parte de la charla sobre comunidades virtuales y redes sociales, no os perdáis el próximo post.

21 comentarios en “Crónica de un fin de semana asetradero en Bilbao”

  1. ¡Hola, Isabel! Llevaba desde Bilbao sin ponerme al día con los blogs, pero quería decirte que me encantó tu charla. Tengo que dar una parecida (pero para autónomos en general) en Salamanca a finales de mes y me alegró ver/escuchar durante y después que no soy la única que no ve las redes sociales como la gran panacea…
    Creo que al final en Bilbao no me presenté entre tanta gente y tan poco tiempo, pero esta noche me acercaré un rato por la tertulia, ¡a ver si te veo!
    Un abrazo,
    Carolina

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  2. ¡Hola, Isabel!

    Tu ponencia fue fantástica y seguro que será tan solo la primera de muchas. Eres una oradora fenomenal. ¡¡Muchísimas gracias por toda la información que nos has dado!!
    Abrazos desde Italia
    Laura

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  3. Isabel, parece mentira que fuera la primera vez. ¡Qué soltura y desparpajo! Deberías plantearte dar más ponencias :-).
    Darío y Noelia, qué pena no haberos desvirtualizado en esta ocasión. Espero que nos veamos en la próxima.
    Esther, disfruta en tu tierra.
    ¡Hasta muy pronto!

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    1. ¿Más ponencias? No sé, no sé… Todo es cuestión de que me lo propongan. 😉

      Ya estoy deseando que llegue la próxima asamblea, y espero verte allí.

      Un abrazo muy fuerte hasta tierras sorianas,
      Isabel

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      1. Todo llegará, no te preocupes. 😛

        Me ha encantado tu entrada, as usual, igual que me encantó tu ponencia (esta y la de Alicante). Siento que no pudiéramos hablar con más tranquilidad entre tantas cosas, pero hay pendiente quedada por la zona dentro de poco y seguro que habrá menos nervios y estrés para charlas con calma.

        Y ahora, como decía Esther, voy a ver si consigo desconectar un poco del fantástico fin de semana y centrarme en el resto de obligaciones, que hay vida más allá de #asetradBilbo, aunque no apetezca afrontarlo…

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  4. ¡Hola, Isabel!
    Como ya te dije en persona en Bilbao, la charla te salió genial; lo contaste todo a las mil maravillas y muy bien organizadito, así que olvídate de la sensación esa de haberlo contado todo al revés. 🙂
    Y a mí también me encantó desvirtualizarte (¡esta palabra sigue sonándome un poco fría!), después de varios meses siguiendo tu blog, que es de mis preferidos de la blogosfera traductoril.
    Un abrazo, compis.

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  5. Isabel, ¡claro que lo hiciste fenomenal! No sé a qué viene eso de que no eres buena oradora y que lo dijiste todo al revés, qué cosas tienes, ¡si estuvo estupendo y la mar de interesante! Fue todo un placer. Y conocerte un poquitín más, también.

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    1. Bueno, más que decirlo al revés, dije las cosas en un orden ligeramente diferente al que tenía preparado, pero como se suele decir, el orden de los factores no altera el producto. 🙂 Me alegro de que os gustara, y sobre todo me alegro de haber podido hablar contigo tranquilamente durante el paseo hasta el hotel y la cena. ¡Espero que no faltes a la próxima!

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  6. ¡Por favor, por favor! Dejad ya de escribir sobre #asetradBilbo que así es imposible que se le baje a una el subidón y recuperar la cordura para volver al trabajo. Me encanta que la sensación de disfrute, de orgullo gremial y de estar convencida de que tenemos un grupo de gente de variado perfil que enriquece el «todo» que conforma Asetrad sea compartido por tantos asistentes al fin de semana. Aprovecho para decir que fue un placer conocerte, Isabel, y que me dejó boquiabierta tu presentación y sobre todo tu cabeza, no por el color del pelo sino por lo bien amueblada que la tienes. Y lo mismo digo de Darío y de Noelia…un placer haberos puesto cara, y con ganas de volver a veros y charlar un poco más con vosotros, ¡que dos días no dieron pa ná!
    Por cierto, falta como colofón la subida en funicular y el paseo por el Casco Viejo que organizaron @iciarpertusa e Isabel Basterra…fue una gran guinda para un delicioso pastel. ¡Abrazos desde Santander!

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    1. Tienes razón. Vamos a dejar ya de echarnos flores y darnos besos, que luego dicen que parecemos un grupo de autoayuda. :-p Ahora en serio: comparto totalmente lo que dices, Esther, y para mí fue también un placer conocerte y hablar contigo. Solo me fastidian dos cosas: no haber podido ir a la visita turística del domingo y tener que esperar año y medio hasta la próxima asamblea. Eso sí, la próxima vez pienso ser la última que se vaya a casa para no perderme nada.

      Un fuerte abrazo desde tierras levantinas,
      Isabel

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  7. Hola, Isabel. (qué gusto da ponerle voz, cara y cuerpo a una foto de perfil…)
    Acabo de leer las crónicas de Noelia y te digo lo mismo que a ella: un montón de traductores y traductoras (e intérpretes, que por suerte no varía en género) de todo tipo, clase y condición reunidos unos días en un sitio tan estupendo como Bilbao y con una sonrisa puesta en la cara todo el rato. Y si, encima, nos venís unas mozas estupendas a contarnos cosas interesantes y amenas, pues el no va más…
    De la experiencia saco, personalmente, dos conclusiones:
    — A partir de cierta edad todas las primeras veces son una alegría. Era la primera vez que asistía a una juntada del gremio y me ha encantado la experiencia.
    — He confirmado lo que ya suponía: que en el mundo de la traducción los «niñatos» saben la hostia de cosas y son unos cielos, que los «profesionales consolidados» son esponjas ávidas de saber y de compartir como el que más y que los «blingblings» no sólo relucen sino que abrazan, escuchan y ayudan.
    Espero que un día nos juntemos con más calma y te enseño a pedir un «brasbur» con gracia y donosura en cualquier salchichería española. 😛
    Un beso.

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    1. Qué buen resumen, Darío. Y qué buenas conclusiones. Me alegro de que te gustara la experiencia y, sobre todo, espero que repitas. Yo estoy enganchadísima a este tipo de reuniones, aunque debo confesar que me costó salir de la cueva (sí, yo también fui una traductora modelo san Jerónimo :-p). De hecho, soy socia de Asetrad desde el 2006 y mi primera aparición pública ante los colegas fue en la asamblea de Madrid del año 2009. Y si me atreví a ir fue porque conocía a algunas personas; si no hubiera conocido a nadie, quizá no me habría lanzado y a día de hoy seguiría en mi cueva. Pero lo importante es que lo hice y que estoy contentísima de haberlo hecho. Ahora solo lamento no haberme decidido antes. 🙂

      Tomo nota de lo del brasbur, que seguro que tú tienes más gracia para pedirlo que yo. 🙂

      Besos,
      Isabel

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